Monday, August 20

El pan se come en rodajas


“Si en un principio parece imposible llegar a un acuerdo sobre la totalidad del conflicto, divídalo en etapas. Este método tiene el mérito de hacer que lo imposible parezca posible gradualmente” . William Ury.[i]

 

De los momentos más entretenidos y jugosos para la reflexión de los cursos de Negociación, destacan los que encuentran a los participantes realizando las prácticas grupales.

Precisamente porque el modelo teórico que utilizamos es de una sencillez notoria (justamente el quid de la cuestión es el ejercicio constante de lo que en Inglés se denomina “the fundamentals”), estas simulaciones de negociación resultan muy ricas ya que permiten conectar con aspectos de la realidad de los participantes.

Las dinámicas son variadas, aunque en todas se establecen tandas de negociación.

Pero notoriamente este concepto de “avance paso a paso” los participantes parecen no escucharlo, incluso cuando el instructor lo enfatiza en las reglas del juego y 
“malgastan todo el cartucho” en la primera vuelta.

El objetivo de una buena negociación es lograr un final que sea un verdadero principio.
El principio de una buena relación, si no estrecha, respetuosa que vehiculice futuras negociaciones.
Y es deseable que el alto nivel de satisfacción mutuo surja tras haber establecido, restituido o construido un dialogo genuino y que sea este el contexto donde se desarrollo la solución.
Sin embargo, esto lleva tiempo.
Pensar que en una sola y única negociación se resolverá todo es minimizar el oficio de negociador y tomar una actitud simplista frente al cúmulo de emocionalidad que atraviesa el proceso.

En el mejor de los casos se puede, a través de la aplicación de las técnicas de negociación ganar-ganar, ir sentado las bases para un futuro acuerdo.

Explorar las necesidades, los intereses, deseos y objetivos de la otra parte y los propios primero.

Hacer preguntas, plantear escenarios, ir desarrollando actitudes de “paños fríos” cuando surge el miedo, la necesidad de confrontar o el deseo reactivo de querer imponerle al otro nuestros términos y condiciones para seguir en el juego.

El pan se disfruta más si se come de a poco, masticándolo y permitiéndose saborearlo.  
A negociar se aprende en la práctica permanente del arte de indagar y acercarse al otro sin querer someterlo.

La creatividad se torna indispensable para pensar los conflictos desde “fuera de la caja” de lo conocido.


El saberse en el medio de un gran banquete nos deparará buenas digestiones.

Recordemos que en la gran mayoría de los casos, por no decir “siempre” las negociaciones son con otras áreas de la compañía, proveedores, jefes, pares, socios y demás integrantes de los elencos estables de las organizaciones.

Cuidar por ello las relaciones a mediano y largo plazo resulta importante y si lo tenemos presente durante las reuniones de negociación perseveraremos en nuestro afán de degustar finalmente un delicioso pan horneado de modo conjunto.

Susan Arévalo
20.08.12





[i] “Supere el no” William Ury, Grupo Editorial Norma

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